SALUD EMOCIONAL

Dime tus preocupaciones y te diré quien eres

Feb 15, 2023

Qué te preocupa?

Sabías qué "El 90% de las cosas que nos preocupan, jamás suceden"

 

Para tener una buena salud mental, tienes que aprender a disfrutar de lo bueno que nos pasa y aprender a gestionar lo malo como una forma para acabar con la 'intoxicación de cortisol' que padecemos.


En la mayoría de mis libros publicados lo aconsejo, sin embargo en mi reciente título ”Encuentra Tu Felicidad En Tiempos De Dificultad” lo destaco fehacientemente sobre todo para que puedas aprender en cómo ser más feliz en en estos tiempos de desafios.


Destaco por ejemplo, como "La práctica de la bondad puede reducir la ansiedad", tan solo practicalo, ojalá puedas hacer cinco actos de bondad diariamente y verás como te empiezas a sentir mejor contigo mismo.


En mi experiencia profesional y personal he llegado a entenderlo mejor. Por eso entrego una cantidad de datos, que aporto en este libro, una pista de la profundidad a la que he llegado en mis investigaciones y proyectos para resolver los conflictos de mis pacientes en particular, y de las relaciones humanas en general.


Y todo esta experiencia me ha demostrado que una gran parte de las personas padecemos 'intoxicación de cortisol', lo que provoca dolencias en todo nuestro cuerpo.

Por si no lo sabías, "el cortisol es la hormona del estrés que se activa en nuestro organismo ante los momentos de miedo, cuando sentimos que nuestra supervivencia está en juego y en momentos de alerta.


Pero la clave de esto, es entender que el cortisol es una hormona que se activa tanto ante las cosas reales que nos suceden, como ante los estados de alerta que se producen en nuestra mente, ante las preocupaciones, las cosas que interpretamos como peligrosas, los miedos del futuro, los fantasmas del pasado, es decir, nuestra mente y nuestro cuerpo no distinguen lo real de lo imaginario".


De hecho, también comparto esta última idea en mi otro libro “Un Hombre, Un Entrenador, Un Sueño”.


Pienso que: "Éste es un mensaje muy importante y potente que estoy intentando transmitir y compartir en los últimos años. El 90% de las cosas que nos preocupan, jamás suceden. Y entonces llegamos a lo que yo denomino de forma coloquial ‘estados de intoxicación de cortisol’, en los que esta hormona está demasiado alta y tiene su reflejo en diferentes partes de nuestro cuerpo".


En consecuencia “esta intoxicación de cortisol genera cambios a diferentes niveles: a nivel físico, a nivel psicológico y a nivel de conducta”.


A nivel físico ocurre desde pérdida de pelo, hasta cambios gastrointestinales, interacción con otras hormonas, sensación de presión en el pecho, falta de aire, repercusión en la piel…etcétera.


A nivel psicológico, produce estados de irritabilidad, de miedo, de interpretación de forma negativa de todo aquello que nos sucede. Incluso problemas de sueño, estados de tristeza mantenidos y finalmente, nos lleva al aislamiento.


Mi reciente libro, "Encuentra Tu Felicidad En Tiempos De Dificultad" comencé a escribirlo en el año 2016, tal como lo relato en el mismo, justo cuando empecé a pasar por una preocupación muy fuerte, debido a una enfermedad rara que contrajo mi hija mayor.


Sin embargo, dejé de escribirlo hasta que durante "la pandemia, que fue un momento de intoxicación de cortisol al cubo, es decir, noticias constantes sobre muerte, enfermedad, aislamiento, incertidumbre y muchas veces alejados de las personas que nos sanan o que nos curan. Y que fue un momento muy complicado de gestionar, ya que constantemente teníamos un cúmulo de información negativa", por eso mismo decidí terminar de escribirlo para seguir ayudando a estas personas.


¿Pero aun así, cómo podemos encontrar la felicidad?


Y es que no se trata de acabar con el cortisol. El cortisol es una hormona cíclica, tiene que ser bajita por la noche para que se active la melatonina y podamos entrar en el sueño. Y luego, ya durante la noche va subiendo hasta las ocho, que tiene su pico más alto. Lo suyo, es conseguir un estado de equilibrio, pero es muy difícil porque estamos constantemente en movimiento, y nos suceden tantas cosas.


Para mí la clave, si tuviera que decir desde un punto de vista psicológico, está en aprender a disfrutar de lo bueno que nos pasa y aprender a gestionar lo malo. Es decir, tener una correcta interpretación de las cosas que nos suceden muchas veces por nuestras heridas, por nuestro estado de alerta constante, por nuestros miedos, por nuestros fantasmas… somos incapaces de interpretar la realidad de forma adecuada.


Nos cuesta relativizar, nos cuesta ver en las cosas que nos pasan, el valor que realmente tienen. Vivimos magnificando todo aquello que nos sucede e interpretamos ataques, sensaciones, todo en nuestra contra.


Por otro lado, a nivel fisiológico, deberíamos intentar que nuestro organismo viva de la forma más sana posible, conectando de forma adecuada con sus emociones. Si nosotros vivimos intoxicados de preocupaciones, con pensamientos negativos, con una voz interior que nos machaca, con una herida que no nos deja en paz, con un miedo que nos bloquea, pues todo eso tiene un impacto en nuestra salud. Y entonces nos inflamamos y por lo tanto nos enfermamos, y nos sentimos infelices.

Los estados de estrés mantenidos, los estados de intoxicación por cortisol, nos inflaman con inflamación de bajo grado, pero que está presente en el 80-90% de las enfermedades crónicas, y que altera por supuesto, la microbiota, altera la piel, altera las hormonas y tiene alteraciones a nivel celular de forma muy potente.

 

Para aprender a ser felices, hay que entender cómo funciona mi organismo, cómo funciona el cortisol, cómo funciono yo ante el modo alerta, lo que yo denomino el ‘esquema de personalidad’. Yo soy una persona de esta manera y ante el estrés, ante el miedo, ante el cortisol, me transformo en esta otra.


La persona obsesiva ante el estrés se convierte en una persona súper rumiantica. La persona impulsiva ante el estrés, puede tener picos de agresividad. La persona sensible ante el estrés se convierte en vulnerable y somatiza en el cuerpo o en la mente.


Y la clave es entender qué me sube el cortisol para aprender a gestionarlo, sabiendo que puede subir el cortisol algo del pasado, del presente o algo del futuro. Puede ser un pensamiento, un recuerdo, una persona, una herida, un bloqueo…


¿Qué nos puede ayudar e incluso a regular el cortisol?


El deporte que produce una sustancia que se llama BDNF (Factor neurotrófico derivado del cerebro) que se activa cuando hacemos ejercicio y potencia el sistema inmune, disminuye la inflamación, ayuda a regenerar mejores conexiones neuronales y tiene un efecto antidepresivo en el cerebro.


Otra cosa que ayuda, es educar mi voz interior. También aprender a gestionar las personas de mi entorno, el tipo de comida que inflama, que estresa, y que potencia. Frenar el consumo de estimulantes, drogas y cafés, regular el sueño, etc.


¿Nuestro cerebro se ha convertido en nuestro mayor enemigo?


Tenemos enemigos muy potentes, de repente aparece un Putin o de repente un terremoto, como el que recién vivió turquía, o de repente un virus. Es decir, hay grandes enemigos o grandes peligros en el mundo del siglo XXI. Pero efectivamente, todo depende de cómo yo interpreto esos miedos. Es decir, hay personas que viven constantemente con miedo, sea a un bicho, a la pandemia, a enfermarse, a perder el trabajo, a que a tu hijo le suceda algo...


El tema es a pesar de vivir en un mundo incierto, volátil, constantemente cambiando, aprender a disfrutar de lo bueno que nos sucede cada día y como decía al principio, gestionar lo malo.


Si el cerebro se convierte en mi aliado, soy una persona con capacidad para sobrellevar lo negativo que me pueda pasar, tengo un cerebro fuerte, con voluntad, con una corteza prefrontal potente que sabe posponer la recompensa, que sabe prestar atención, que sabe gestionar sus impulsos y sus emociones. Una persona que tiene empatía, que sabe conectar de forma sana con las emociones de los demás, estamos ante una persona que tiene bien 'construido' su cerebro. Es una persona que va a gestionar mejor lo malo que le suceda en la vida.

 

¿La clave de la felicidad y el bienestar está en aprender a controlar nuestro cerebro?


Mi sensación es que conociéndonos, comprendiendonos nos sentimos aliviados. Es decir, cuando una persona se comprende, se siente aliviada. Comprendo porque esto me sucede. Comprendo porque siempre recaigo en relaciones tóxicas. Comprendo porque este tipo de personas me alteran profundamente. Comprendo porque duermo mal. Comprendo por qué tengo la tripa siempre hinchada y todo me sienta mal. Es decir, cuando me comprendo siento un alivio.


Estamos en una sociedad híper estimulada donde nos cuesta comprender, porque para comprender hay que profundizar y para profundizar hay que parar y hay que tener conciencia del tiempo y desconectar de la hiperestimulación de la pantalla.


En una crisis de atención no podemos comprender, no podemos conocer, no podemos profundizar y no podemos resolver.


¿Quiénes son las personas que te edifican y cómo podemos identificar a las personas tóxicas?


Tóxico es el efecto que producen en nosotros algunas personas porque yo suelo decir, de forma coloquial, que nos suben el cortisol. Todos tenemos a alguien que en algún momento de la vida nos ha hecho daño, nos ha perjudicado. Son las personas tóxicas. Y luego las personas que edifican, en contraposición, nos suben la oxitocina, que es la hormona del bienestar, del vínculo, del amor, del cariño, de te quiero y no te juzgo, te quiero y te trato bien, te doy paz cuando tú estás en guerra.


¿Cómo practicar el sentido del humor y el optimismo?


Tampoco podemos vivir en modo “be happy” a todas horas, 24/7/365. En mi caso la neurociencia de la felicidad consiste en intentar ser un poco más felices con la vida que nos ha tocado vivir, es decir, aprender a gestionar nuestro cerebro, nuestras relaciones, nuestra educación, la familia, con las herramientas que tenemos para sacar lo mejor que llevamos dentro y podamos lograr un mundo al que todos queramos pertenecer.


Recomiendo en mi libro sonreír a diez personas diariamente porque el buen ánimo, el humor y el optimismo son una forma de interpretar la vida. Reírse a carcajadas favorece el riego sanguíneo en el cerebro, potencia la corteza prefrontal izquierda, mejora la creatividad y aparte genera endorfinas.


Con mi esposa lo practicamos a diario y se nota porque nos han llegadoa decir que somos una dupla mágica. Cuando dos personas juntas se ríen y se sonríen, los dos hemisferios derechos, activan las neuronas espejo y se activa una sensación de bienestar. Es un sistema neurológico súper potente cuando los dos hemisferios derechos se conectan en una situación de risa y de optimismo.


El desequilibrio entre la mente y las emociones pueden hacer enfermar a quien lo padece. Si las cosas nos preocupan vivimos en estado de alerta y el estado de alerta ya me modifica el organismo. Hay una unión mente cuerpo.


Promuevo a través de la divulgación y mi consulta, que la Psicología esté mucho más unida y mucho más integrada con el resto de las especialidades, esto mismo lo sugerí en mi ponencia reciente en la Universidad de La Sabana en Colombia. Que no tengamos miedo, yo lo hago, y lo llamo el médico digestivo, el reumatólogo, el neurólogo, el pediatra, es decir, que haya mucha más interacción.

 

La Psicología no es un tema sólo de terapias, es un tema común de muchas enfermedades crónicas que tienen síntomas depresivos. Muchos neurólogos han visto el poder, la influencia que tiene la inflamación en el cerebro. Yo, por ejemplo, trato algunas depresiones resistentes con tratamientos como mindfulness como antiinflamatorios, dietas, suplementación o incluso meditaciones.


Por tu salud y felicidad!

Carlos Correa. Ph.S, MBA, MsN,